viernes, 1 de octubre de 2010

Boys dont cry

Estuvo meditando como iba a hacer el jueves para salir con las dos. Laura le causaba ternura, era compañera, divertida. Mariana era pasión, besos fogosos y rojos, manos revoloteando por los cuerpos. Por una distracción había quedado con las dos el mismo día, a la misma hora. No les podía cancelar, generaría sospechas, y para sospechas ya tenia una variete en su haber. Manoseó su mentón días enteros, cuatro con mas especificidad, hasta que el jueves por la mañana por fin se decidió. Realizo una línea recta, casi perfecta, en el centro de su cama. Colgó una guillotina que había adquirido en el mercado de pulgas paralelamente a la linea de la cama pero en el techo. Se recostó, soltó la soga que agarraba con su mano hábil y espió de reojo caer la guillotina que lo partió a la mitad, verticalmente. A los pocos minutos se levantaron cada una de sus partes. Su parte izquierda salió con Laura y su parte derecha se quedo en su casa matándose a besos apasionados con Mariana.

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