miércoles, 20 de octubre de 2010

Comida china

Estaba preocupada. Hacía ya varios días tenía un dolor de panza que jamás había experimentado. Le molestaba de tanto en tanto en medio de las costillas, abajo del tórax. Se palpaba pero no era dolor al tacto sino en el interior. Al quinto día de sentir la molestia se clavo una lapicera en el lugar pertinente. Colocó una argolla para agrandar el agujero y pudo observar por un espejo que el cardias se le retorcía cada vez que él le hablaba. O cada vez que ella lo pensaba. Convencida, recortó con prolijidad el cardias y unió con un nudo el esófago al cuerpo del estomago.

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