Ya lo había practicado dos veces. Si realizaba la vertical, el corazón le bajaba a la garganta y lo vomitaba. Después lo limpiaba con un trapo rejilla y se lo escurría en la
boca para devolverlo al cuerpo. Hasta que conoció a Lucio. Huy! El día que conoció a Lucio. Quedo embobada. El corazón se le subía a la garganta sin hacer la vertical. Le saltaba del cuerpo. Se le quería escapar. Y ella debía comerse las palabras para no lanzar a su órgano principal junto a ellas. Entonces Lucio creía que era muda. Entonces no le hablaba. Entonces ella se desvanecía de pena. Palidecía de impotencia. Hasta que un día tomo la decisión, vomito su corazón en una pecera y se lo regalo.
boca para devolverlo al cuerpo. Hasta que conoció a Lucio. Huy! El día que conoció a Lucio. Quedo embobada. El corazón se le subía a la garganta sin hacer la vertical. Le saltaba del cuerpo. Se le quería escapar. Y ella debía comerse las palabras para no lanzar a su órgano principal junto a ellas. Entonces Lucio creía que era muda. Entonces no le hablaba. Entonces ella se desvanecía de pena. Palidecía de impotencia. Hasta que un día tomo la decisión, vomito su corazón en una pecera y se lo regalo.
Y se lo dio en la pecera entonces también liberó su boca y pudo hablar.
ResponderEliminar¿o no?
Genial amiga.
Te quieroo
claro que pudo hablar!
ResponderEliminaralargalossssssssssssss
ResponderEliminarsi son geniales..
bello!
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