lunes, 21 de febrero de 2011

Te quiero igual

Verónica lo quería tres veces en silencio. Eso era mucho. Había permanecido años sin sentir amor por ningún hombre, sin embargo Fermín fue la excepción. Sin querer, sin pensarlo apareció en la vida de Verónica y se hizo querer tres veces. Ella se sentía extraña y a su vez molesta por aquel querer. Quería despojarse del sentimiento pero no sabía de que manera. Visito a cardiólogos, neurólogos y brujas y brujos y adivinos y gitanos. Hizo gualichos y sortilegios. Pero el número de veces que lo quería estaba llegando a nueve. El único camino era quitarse el corazón de una vez y rápido. Navaja, pinzas, la gotita y a la bolsa de residuos.

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