Te quiero igual

Verónica lo quería tres veces en silencio. Eso era mucho. Había permanecido años sin sentir amor por ningún hombre, sin embargo Fermín fue la excepción. Sin querer, sin pensarlo apareció en la vida de Verónica y se hizo querer tres veces. Ella se sentía extraña y a su vez molesta por aquel querer. Quería despojarse del sentimiento pero no sabía de que manera. Visito a cardiólogos, neurólogos y brujas y brujos y adivinos y gitanos. Hizo gualichos y sortilegios. Pero el número de veces que lo quería estaba llegando a nueve. El único camino era quitarse el corazón de una vez y rápido. Navaja, pinzas, la gotita y a la bolsa de residuos.

Mi guitarra y vos

Martín se sentó en la punta de su cama, abrazó a su guitarra y comenzó a llorar. El llanto era confuso. No sabía si la extrañaba, o extrañaba el hecho de que solo su guitarra sea el bien más importante en su vida. Esa intrusa había superado cualquier tipo de amor que el había sentido jamás. Ni si quiera el rock le provocaba tanta acides por sobredosis de endorfinas. Esa espuria le había vendido amor maquillado. Desteñido, desgreñado. Abrazó mas fuerte la guitarra hasta hacerla formar parte de él mismo. Se la clavo en el cuerpo de forma vertical, mientras por los bordes derramaba sangre sin control ni preocupación. Que su guitarra la desplace era todo lo que necesitaba.

Ayayay!

Tengo ganas de decirte “no te quiero al lado mío”.

Pero no te estaría diciendo la verdad.

Porque quiero bailar con vos, que me agarres la cintura

Y te toque un parpado con los labios.

Que no nos alcancen los dedos para contar las veces que nos reímos.

Tengo que decirte que tengo hambre de vos a la mañana

Y te estoy mintiendo.

Porque quiero desayunarte todo el día mi amor

Y que me juegues a las escondidas en el ascensor

Que no pierda ninguno, que empatemos, o que ganemos los dos.

Ay nene!

Veni, movete conmigo.

Choquemos las narices, los dientes, las palmas.

Veni, volemos juntos.

Compartamos todo lo que sea de a dos.

Veni, rompamos el silencio

Con suspiros, aplausos y el mundo

Tengo ganas de decirte que no me gusta escucharte

Pero eso no es verdad

Porque me gusta que me digas cualquier cosa

Y el sonido de tu voz y tus acordes

Que tratemos de aguantar despiertos hasta que salga el sol

Tengo ganas de decirte que no sos mi copiloto

Y te estaría mintiendo

Porque me gusta tu compañía y que recalcules

Y los besos en rojo y amarillo

Que lleguemos sin destinos justo a donde queremos llegar

Ay nene!

Veni, desafiemos a todos

Al viento, al mar y al desierto de Atacama.

Veni, brindemos tres veces.

Por vos, por mí, por nosotros.

Veni, gritemos bien fuerte

Que solo nos importa el presente

Como estamos hoy eh!

Y el ahora se quiere hacer vegetariano y yo escucho a Led Zeppelin.
eso resume todo.