Grave estaba grave. Grave, grave. Le dolían los tímpanos. Y los meniscos. Que grave que estaba. Le dolían la primer y segunda falange de los diez dedos de las manos, intercaladamente. Le dolía la faringe, el hioides, la traquea y el esófago. Uf. Como le dolía. Estaba tan grave. Todo le dolía. El fémur, la tibia, el peroné. Ay! Como dolía. El hígado, el páncreas y el duodeno.
Llego el doctor. Lo observó, le pidió que no mire y lo anestesió. Con un bisturí le hizo un tajo en el pecho y sin pena ni gloria le arranco el corazón, lo desinfecto con agua oxigenada, lo volvió a introducir, le coció el pecho y lo despertó.
Mal de amores Juan, mal de amores diagnostico.
ay fermina, a veces me llenas de verdad querida.
ResponderEliminarcomo te extraño