miércoles, 28 de abril de 2010

Sin saber que decir

Te mande tan lejos y segura de ya no verte, abro los ojos y te tengo al alcance de la mano. Como en la mesita de luz. Pensaba que si seguías estando en ese lugar no te veía ni siquiera con telescopio, pero con solo querer, o no querer, te tengo sentado en la punta de la cama. Sin mirarme, mirándote. Es tiempo. Cuestión de tiempo. Y un poco más de voluntad.

1 comentario:

  1. ¿Decís? ¿Si pedimos ayuda? ¿Alguien nos puede ayudar? Quizá un carpintero que tiene tantos clavos que alguno nos va a servir...(espero)

    ResponderEliminar