Te mande tan lejos y segura de ya no verte, abro los ojos y te tengo al alcance de la mano. Como en la mesita de luz. Pensaba que si seguías estando en ese lugar no te veía ni siquiera con telescopio, pero con solo querer, o no querer, te tengo sentado en la punta de la cama. Sin mirarme, mirándote. Es tiempo. Cuestión de tiempo. Y un poco más de voluntad.
"Es esta mi parte primitiva, desorganizada e innata de mi personalidad. Es mis impulsos, necesidades y deseos. Actúa respondiendo al placer y desconoce las demandas de la realidad.Mi inconsciente." (De algún modo: Sigmund)
miércoles, 28 de abril de 2010
martes, 13 de abril de 2010
martes, 6 de abril de 2010
A los ojos
Puede estar en cualquier lado. A la vuelta de la esquina, dicen. Pero estuve por muchos “cualquier lados” y juro que no esta. Pise baldosas flojas a propósito. Ordené y re ordené mi vestidor. Revise cada uno de los libros que tengo en la biblioteca. Entre a todas las galerías de Av. Cabildo. Contemple en cada plaza, cada banco y cada subibaja (o ¿sube y baja?). Preste atención a los autos de al lado en cada semáforo. Mire con cautela en la cola de los pago fácil. En las mesas de los bares. En la barra del único boliche que pise en estos últimos años. En el barrio, y en otros. Lejos, cerca. Mire con lupa y telescopio. Pero juro que no esta. No por ahora. O no lo veo.
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