jueves, 13 de enero de 2011

Algo más

Martina desde que conoció a Ciro convivía con una contradicción. Vivía con miedo a perderlo y con miedo a tenerlo al mismo tiempo. Dos partes del cuerpo se escondían de sus miedos. Y el que tiene miedo todos son ruidos, decía Sófocles. El aparecía y ella temblaba sin cesar. Cansada y aturdida, aprovecho que estaba aspirando las alfombras de su casa y se aspiro el cerebro y el corazón. Pávidos. Miedosos. Ahora van a ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario